jueves, 12 de enero de 2017

Me paso a WordPress

A partir de hoy, continúo las publicaciones que durante tanto tiempo he ido subiendo a Words as weapons en Palabras como armas, versión renovada del blog creada en la conocida plataforma WordPress.

Dejo el enlace a la entrada de presentación del nuevo blog aquí: Palabras como armas.

miércoles, 11 de enero de 2017

Vacío

Últimamente caigo de más a este profundo mundo interior que me atrapa y no me deja escapar. Trato de trepar sus paredes, resbaladizas como las piernas que de noche entrelazan las mías y desaparecen por la mañana. Esporádicamente consigo alcanzar la superficie, pero solo logro mantenerme en ella el tiempo justo para llenar mis pulmones de un aire que me salva cuando vuelvo a caer. 

A veces pienso que muy en el fondo -o quizás no tanto- yo misma entorpezco la escalada con tal de quedar atrapada en mi lúgubre burbuja de sentimientos pesados, nostalgia y soledad. Creo que he llegado a encontrar ese punto de paz y serenidad en la tristeza que me hace vivir cómodamente en ella. Se trata de una tristeza vaporosa, ingrávida, incorpórea, casi imperceptible. Es ese tipo de tristeza que te lleva a ver más allá, a tratar de encontrar de manera anhelante qué se halla detrás de todas las cosas. 

Se reproducen instantes de infinita desesperación por revivir las sensaciones nacidas de momentos que ahora se antojan tan lejanos, inalcanzables, casi irreales. Irreales como esta burbuja solo perceptible desde su interior, indetectable para miradas externas. Surge el vacío y se apodera de cada curva de la esfera y de mi piel...

E incluso en este vacío estoy llena de sentimiento. De todo sentimiento, excepto del que más anhelo.

jueves, 5 de enero de 2017

Nosotros

Soy yo. Asomada al balcón.
Cayendo varios pisos.
Intentando adivinar tus pensamientos.

Eres tú. ¿Quién eres tú?
Que has llegado en el momento exacto
y te has marchado antes de tiempo.

Somos nosotros.
Los que nunca fuimos
y -a día de hoy- nunca seremos.

martes, 3 de enero de 2017

Te invitaría a quedarte

Si supiera qué esconden realmente tus palabras de despedida no te dejaría marchar.

Puede que algún día te arrepientas. Puede que no. Lo único cierto es que yo ya no tendré que arrepentirme más de seguir una estela que me ha guiado hasta un lugar del que solo puedo salir dando marcha atrás.

Atrás dejo mis más sinceras palabras y mis arrebatos de locura. Atrás dejas tus falsas esperanzas -dentro de mi- y tu falta de intención por apostarlo todo a una, a ciegas.

A ciegas te seguí y por ello acabé perdida, mientras tú en el bar de la esquina comenzabas, a escondidas, una nueva vida. La que hoy vives no sin pensar en mi -dices-, pero de la cual me apartas a pesar de ser tú quien me invitó a cruzar la puerta.

Otras puertas se cerraron antes y en el reflejo de tus ojos creí haber vislumbrado una ventana. Lo que no pude adivinar es que al atravesarla no hallaría tierra firme, sino una caída tan duradera como lo has querido tú.

Y nada duró -porque en realidad nada hubo-, solo una llama que, antes avivada por la brisa de tus pestañas, hoy se apaga bajo el peso de tus palabras.

Y aún así, te invitaría a quedarte.
Una y mil veces más.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Anhelos de medianoche

No voy a negar que de vez en cuando siga echándote de menos. 
No voy a borrar de mi memoria los recuerdos que durante tantas noches construimos.
Y otra noche más desde la soledad de mi balcón observo esta plaza desierta.
Vacía. Como tus últimas palabras.
Oscura. Como una pequeña parte de mi dejaste tras tu repentina huida.

(Ya no sé quién eres. Y tú nunca llegaste a comprender quién soy). 

Me mareo entre un ligero humo que se disipa como tus volátiles besos sobre mis labios. Secos, cansados de repetir en alto tus huecas explicaciones, tratando de encontrarlas un significado. Cómo una mirada tan pura pudo guardar tal engaño, cómo una sonrisa tan sincera pudo causar tanto daño. Fuiste reclamo, pero no cura. Hiciste herida abandonándome en un vertedero de dudas.

Aún a día de hoy sigo en busca de la explicación que alivie la dureza con la que pusiste punto y final. Y aunque me repita que te extraño, es esa libertad que me entregabas -cuando a mi te entregabas- lo que en realidad anhelo.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Lejos

Siempre termino huyendo. Escapando de lo que duele. Porque, ¿quién dijo que enfrentarse a tus temores es la mejor forma de superarlos? Tantas veces traté de hacerlo y tantas cometí el error de quedar atrapada en ellos. Por eso prefiero apartar la vista al cruzarme con tu mirada, pues al enfrentarla siento que es mejor la incertidumbre a quedar reducida a nada. Apenas verte y estremecerme por lo que hiciste nacer y hoy con tus palabras apagas. Pero no es eso lo que me transmiten tus ganas de buscarme y llamarme la atención con la que me fijo en cada gesto tuyo. Tengo que alejarme para no caer de nuevo en tu juego sucio. Para ti tan limpio, porque se trata solo de dejarte llevar, mientras yo a la espera me desgasto y me desangro por cada aliento que me dedicas. Y me replicas sin saber que has tocado algo en lo más profundo de mi alma, respiro, trato de recapacitar, aguardo, pero no logro recobrar la calma. Te evito pero apareces en cada resurgir de mi esperanza. Dices que compartes lo mismo con otras y me quema el saber que al creerme especial solo me engañaba. ¿Qué es lo que realmente siento? No estoy enamorada, tampoco es que hayas hecho surgir ese sentimiento, estafada es la palabra exacta. Sería tan sencillo mandar todo por donde vino -de la nada-, negando cada vez que entre risas te declarabas. Porque con solo preocuparte se que estás detrás y te retratas, aunque luego te escondas y acomodes en la opción fácil que de mi te aparta. Para qué negarlo, estoy harta de tus dudas y aunque me quede a oscuras lo prefiero a ser algo prohibido que aguarda en la penumbra.

Te deseo cerca. Por eso permanezco lejos.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Hoy te digo adiós

A veces, solo a veces, me desvelo pensando en ti, en lo que te di y me quitaste, en lo que no me supiste dar. Ya nada existe, ni el recuerdo en tu memoria, ni el sentimiento en mi interior, cuyo vacío dio paso a una gran sensación de abandono. De haberme sentido querida a ver que solo fui una diversión. Tanto habría dado por tus labios que al final caí sin remedio.

Me quedé con tantas dudas
que aunque tú nada me dijeras
hoy yo te digo adiós.

El ayer es ya un tenue recuerdo,
y del mañana solo espero que al mirarte
nada regrese de nuevo.